La metodología es más importante que la inteligencia artificial en la configuración con éxito de un chatbot y que conecte con los usuarios con empatía.

Cuando se habla de IA y chatbots, las personas piensan en que van a mantener una conversación con una especie de cerebro humano. Para empezar se debe tener claro que aún no se ha desarrollado una forma de inteligencia artificial que pueda hacer todo lo que un cerebro humano puede hacer.

Sin embargo, los chatbots son más efectivos si están segmentados y especializados en una tarea o finalidad específica aplicando metodologías concretas.

Metodología para una mejor experiencia de usuario

La realidad es que los usuarios no quieren chatbots con una súper IA y que sean capaces de superar la prueba de Turing, sino que quieren chatbots que faciliten de forma efectiva la realización de un objetivo concreto. Y cuando las empresas aprovechen esta ventaja, verán que la introducción de chatbots en sus procesos online puede mejorar drásticamente la experiencia del usuario.

Al dirigir a los clientes a través de una serie de opciones amigables para dispositivos móviles, el chatbot puede satisfacer rápidamente las necesidades del cliente, ya sea para solucionar problemas con un dispositivo compatible con asistente virtual en el hogar o para pedir una pizza. 

Que un chatbot pueda aprender del usuario a través de la interacción es un plus, que, por el contrario y conocido hasta hace poco tiempo, ofrece una experiencia personalizada. Ya no es necesario navegar entre los productos más vendidos, que muchas veces tienen sesgos importantes, el chatbot aprenderá de nuestros gustos poco a poco e identificará con metodología lo que es más acorde a nuestras preferencias.

Los chatbots deben estar supervisados por humanos. Si las habilidades conversacionales del chatbot son controladas y entrenadas con metodología, no se convertirá en un racista amante de los insultos, como en pruebas anteriores se ha visto con chatbots como Tay, o en otros casos dando respuestas antisistema como BabyQ.

Hasta ahora esperamos que un solo chatbot realice las acciones de muchas personas. Hemos imaginado el chatbot a nuestra propia imagen y semejanza, pero el chatbot sigue siendo una especie mucho más simple que nosotros y, por ahora, ofrece un mejor y más satisfactorio uso a través de ajustes segmentados y optimizados aplicando metodologías concretas.

Afortunadamente para nosotros, los desarrolladores actúan mucho más rápidamente que la Madre Naturaleza en temas de evolución. En los próximos 10 años, incluso es posible que podamos ver que estos chatbots específicos evolucionarán en un chatbot altamente inteligente que puede de hecho, mantener una conversación humana.

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